
Arnoldo Fernández Verdecia
Vivir en el interior de Cuba tiene sus encantos, pero también sus delirios, entre los que cito y argumento uno de ellos: el síndrome de eróstrato, ya muy normal en personajes que creen, por obra y gracia del espíritu santo, estar dominados por la razón universal, nunca se equivocan.
Esos personajes se presentan ante figuras públicas o personas comunes y deciden por la mayoría, incluso hasta obran sin tener en cuenta a la comunidad social o virtual a la que deben su notoriedad.
De esos tipos está lleno el camino del infierno…
ARTÍCULO COMPLETO
Vivir en el interior de Cuba tiene sus encantos, pero también sus delirios, entre los que cito y argumento uno de ellos: el síndrome de eróstrato, ya muy normal en personajes que creen, por obra y gracia del espíritu santo, estar dominados por la razón universal, nunca se equivocan.
Esos personajes se presentan ante figuras públicas o personas comunes y deciden por la mayoría, incluso hasta obran sin tener en cuenta a la comunidad social o virtual a la que deben su notoriedad.
De esos tipos está lleno el camino del infierno…
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